Hace varios años, en el auge de mi carrera como especialista de la arquitectura legal, siendo una profesional con futuro, decidí detenerme, apretar “pausa” y seguir transitando un camino del que me había aislado hacía un largo tiempo, EL ARTE. 
Las exigencias propias e impuestas hacen que tomemos decisiones que justamente se apartan de lo que sentimos. 
¿Acaso está mal cambiar de sentimientos o simplemente tomarse un tiempo de reflexión? Tal vez sería mejor decir que, nada está mal ni está bien simplemente es y debemos respetarnos, ante todo, a nosotros mismos. 
Lo importante es seguir adelante, dar saltos evolutivos y aprender de cada etapa.
Lo conocido, más de lo mismo, es para quienes no aceptan el desafío de buscar y buscarse.
Cuando abrumados todos me miraban por entender que estaba cometiendo un error, sentí en “mi universo” que uno sólo se arrepiente de aquello que no prueba. 
Creo en desarrollar los objetivos y crecer dando el intento de lograrlos, no esperando que sucedan.
No todos comprenden, por eso algunos se esforzaron por detenerme y otros simplemente me acompañaron. A ellos les doy mi reconocimiento y afecto por aceptarme como soy. 
Agradezco a quienes confiaron en mí y me dieron la oportunidad de enseñar mi arte, simplemente de “mostrarme” en otra de mis facetas.
También gracias al arte pude reencontrarme con muchas personas y conocer a otras tantas que se han entregado y compartido experiencias artísticas que reconfortan el espíritu.
En este cuaderno de bitácora del arte, encontrarán diferentes momentos y acontecimientos que hoy comparto con ustedes.

Valeria